Hay veces que el mundo, tal cual lo conocemos, desaparece. Vivimos en una ilusión de felicidad en el que todo encaja como un mecanismo de relojería, desde ese desayuno rutinario de café y croissant antes del trabajo al besito de buenas noches antes de acostarnos. Todo es perfecto y acorde a lo que marcan los cánones: una mujer a la que amamos, hijos que cumplen su función de rebelarse pero que sabemos nos quieren; un trabajo que no nos gusta, pero nos alimenta y, pese a todo, nos da esa seguridad que ansiamos a cualquier precio; un coche que deberíamos cambiar, pero que forma ya parte de la familia...
Pero un día, la bomba estalla y descubrimos que es todo una inmensa mentira, una fachada sin sostén que se desmorona como un castillo de arena. Matrix era verdad, nuestra realidad es una cloaca por que nos arrastramos sin rumbo.
Fragmento del prólogo escrito por Álvaro Pons de la novela gráfica Los años del elefante, de Willy Linthout
Lugar: Islares, Cantabria, 2013
Autor Foto: Itxaso García Río
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